Diez años después del estallido de la burbuja inmobiliaria en España, se conserva un stock de medio millón de viviendas sin vender procedentes de este periodo. Según el Banco de España, la cifra se encuentra mucho más elevada de la cantidad registrada en 2005, cuando esta cantidad era de 100.000 inmuebles.
De los datos del regulador se desprende que en 2010 se alcanzó un techo de casi 700.000 casas vacías y sin vender. Desde entonces se ha producido una progresiva pero “lenta” absorción. A pesar de ello, la institución cree que ese comportamiento “podría estar reflejando un cierto desajuste entre las características de las viviendas demandadas” y las casas realmente disponibles.
Redacción: pisos.com